Disfrute, unión… son palabras que resuenan en el bus de vuelta mientras escribo estas líneas, pregunto por adjetivos que describan la experiencia y únicamente se escuchan buenos calificativos. La resaca emocional se hace notar entre los presentes y, entre cabezadita y cabezadita, repasamos juntos las instantáneas y vídeos que rebosan en nuestra galería. Y es que, estos últimos cuatro días, han sido intensos y maravillosos.
El 8 de junio, a eso de las 15:30, nos despedíamos de Logroño con las ganas a flor de piel y la emociones por las nubes y, tras 7 maravillosas horas de bus en las que disfrutamos juntos desempolvando esas gargantas y altavoces, llegamos a nuestro destino, Miramar (un pueblecito cercano a Gandía, Valencia). Después, llegaría la visita a Valencia y la exclusiva visita en el Oceanográfico de la mano de David, un antiguo profe de biología que, gracias a que trabaja en el departamento de recuperación de tortugas del lugar, pudimos disfrutar; no nos olvidamos del paseo en barca por La Albufera y la tradicional paella que una lugareña nos preparó, tampoco de las tardes de playa y piscina, de Denia y sus coloridas casas del puerto o de Gandía y su palacio Ducal.
Pero, sin ninguna duda, estas visitas son secundarias si hablamos de la unión que este viaje ha creado en nosotros. La magia de un viaje de estas características es la camaradería que este crea entre nosotros y nosotras. Las risas unen, descubrir que aquellas personas de las que no podemos disfrutar debido al cardiaco ritmo al que estamos sumidos en el instituto, permanecen y jamás se han ido, es esperanzador y, descubrir que este grupo, 2006, está unido y fuerte, es genial.
En definitiva, estos cuatro días han sido noches de dormir poco y mañanas de postponer el despertador, de tardes cantando en el bus de Samuel y atardeceres en la playa, pero, sobre todo, días de recalcar que la familia que se elige, aquella que creó en su momento el colegio Las Gaunas y ha consumado el Cosme, es un lugar en el que cobijarse cuando, ahí fuera, la situación es difícil.
Compañeras, compañeros, gracias por vuestra infinita empatía y vuestra inacabable paciencia, gracias por este viaje de estudios.
Nicolás Pascual Etayo, 4B.